Como ya me hicieron calentar ahí va un para de cuentos de Marcianos
Iba una señora conduciendo su coche por la carretera, cuando de pronto por el espejo retrovisor observa que la sigue un OVNI, la señora se pone nerviosa de tal modo que empieza a zigzaguear y se estrella contra un árbol, lo que la hace perder el conocimiento. Después de un rato recobra el sentido y ve que un marciano le está sobando los senos. El marciano muy caballeroso le dice:
- No preocuparse terrícola. Ya haber cosido herida de entrepierna. Ahora tratar de quitar abolladuras de pecho

.
Resulta que llega una nave de marcianos a la tierra y aterriza en un semidesierto, de esos de las carreteras de películas yankis, donde hay una estación de gasolina y nadie alrededor. Entonces, se baja el marcianito y se para enfrente de la bomba de nafta, pensando que es un terrícola, le dice, con voz de marcianito:
- Somos poderosísimos y venimos de Marte.
Y la bomba de nafta, nada... Entonces repite:
- Somos poderossíssimos y venimos de Marte!
Y la bomba, nada. Entonces el marciano toma su transmisor espacial y llama al jefe de la misión:
- Jefe, aquí R3, conteste.
- Aquí jefe, adelante R3.
- Jefe, estos terrícolas son muy tontos, no contestan.
- Diles que traemos armas nucleares.
Entonces el marcianito le habla a la bomba de nafta nuevamente:
- Sommos poderossssisssimmmooosss y venimos de Marte, y traemos armas nucleares.
Y la bomba de gasolina, nada. Entonces el marcianito le llama al jefe otra vez:
- Jefe, aquí R3 nuevamente, los terrícolas siguen sin contestar.
- Diles que vamos a destruir su planeta.
El marcianito se dirige otra vez a la bomba de combustible.
- Somos poderosísimos, venimos de Marte, traemos armas nucleares y vamos a destruir su planeta.
Y claro que la bomba de nafta ni sus luces. Entonces se vuelve a comunicar con el jefe:
- Jefe, aun no tengo respuesta.
- ¿Le dijiste que íbamos a destruir su planeta?
- Si jefe, y nada.
- Ah, mirá si serán boludos estos terrícolas!
- Boludos puede ser... pero tienen un pito que les da tres vueltas y se lo cuelgan de la oreja!
